La península llevaba años haciéndonos ojitos, es de la rutas más populares a nivel mundial para el viaje en bici.
- Mayo – Junio, 2018
- 1,600 km
- Equipo: Arely Atilano, Fernando Espinosa de los Monteros y Antonio Gallardo
- Duración: 40 días
- Toda la videofotografía y edición del clip es autoría de Fer de los Monteros | La música es de City of the Sun
Arrancamos en Mayo desde Tijuana con la intención de llegar hasta la Paz, sin prisas. De alguna manera esta ruta cumplió a la perfección el viaje ideal: las carreteras desoladas, la ausencia humana, la mar y el desierto, generan una paz única.
Los contrastes inesperados del Golfo de Baja California con el Pacífico, de los fríos vientos repentinos con un sol extra fuerte nos dejaron claro que hay que estar listos para todo, más mentalmente que físicamente.
Agradezco enormemente a Arely y a Fernando por invitarme a su plan. Esta travesía me enseñó que debes comenzar el viaje sabiendo que quizás un perro orinará sobre tu tienda de campaña, que tus frenos podrán fallar en cualquier momento, que el viento es capaz de tirarte al piso, que te puede picar una mantarraya y que si cualquiera de estas cosas suceden deberás tomarlo con una sonrisa –Worrying don’t solves anything–.
Generalmente, la ausencia de planes, trae más cosas buenas que malas; como dormir en un velero a pesar de solo haber rodado 5 km. No hay kilometrajes mínimos ni máximos, no hay estancias cortas ni largas, sólo las adecuadas.
Celebrar tu cumpleaños con sopa instantánea y comida enlatada no es tan grave si viviste el amanecer en el Mar de Cortés y el atardecer en el Pacífico. Probablemente es mejor llegar a un camino intransitable a uno perfecto, si esto implica conocer a un piloto retirado dispuesto a darte un aventón y ofrecerte posada por dos días.
En el peor de los casos y cuándo no sepas que hacer, aparecerá un extraño y te dirá sabiamente que hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, pierdas lo que pierdas, no va a pasar nada, ¡Nada!